Giovanna Rosa Rampinelli nació el 2 de enero de 1916 en un pueblo llamado Brembate, en la provincia de Bérgamo, al norte de Italia.

Se caracterizaba por una sana rebeldía, por lo que no aceptaba las imposiciones tradicionales de su época, que consideraba sexistas y utilizadas para someter a la mujer, convicción que la llevó a luchar con todos sus medios para que se reconocieran los derechos de la mujer.

Mujer de carácter dulce y fuerte que alternaba según la situación a la que se enfrentaba, era también incansable y religiosa.

Juana Pirola san vito

Su vida en Italia puede dividirse en dos periodos. La primera, la época de su infancia/juventud, donde cantaba y actuaba, muy cerca de sus hermanas e incluida en un clima de alegres amistades, a pesar de la sencillez de los lugares y la escasa disponibilidad de recursos.

Juana Pirola juventud

El segundo periodo fue como mujer casada con Arduino Pirola y como madre. Durante los cinco años de la Segunda Guerra Mundial, mientras su marido luchaba en la guerra, tuvo que mantener a tres hijos y a su anciano suegro.


Para poder mantener el jardín de infancia de su pueblo y a su familia con pan blanco y unas pocas patatas, se unió a un médico en los primeros cuidados a los heridos de guerra, ya fueran soldados italianos o extranjeros, porque para ella todos los heridos merecían ser ayudados.

Esta experiencia aumentó sus conocimientos y, la limitada disponibilidad de recursos en tiempos de guerra, favoreció su sentido práctico a la hora de atender a los enfermos y heridos.

Al final de la guerra, ella y su marido decidieron venir a Costa Rica, a la colonia italiana que se estaba formando en la frontera sur del país.

Venir a Costa Rica fue todo un reto; otra cultura, otro idioma y en un lugar tan alejado de su ciudad y de su tierra… fueron momentos difíciles.

Juana Pirola familia

Ama de casa con cinco hijos y marido, inicia su emancipación femenina. No sólo cuidando de la familia, sino dedicándose con pasión a las tareas de enfermería y partería en la clínica de San Vito, colaborando y aprendiendo con los doctores Catarinella, Jesús Moreno y otros que acudían a la colonia por temporadas. En los momentos en que el médico no estaba, «Doña Juana», como se la conocía, se ocupaba de la población.

Mesa familiar en san vito
San Vito anni 50
San Vito desde lo alto

Las necesidades sanitarias del nuevo pais aumentaron y los compromisos familiares se hicieron más pesados con el nacimiento de otra hija.

Para responder correctamente a las necesidades y demandas de la población, decidió abrir una farmacia que permitiera el suministro y la disponibilidad de medicamentos para toda la zona.

En su farmacia nunca faltaban medicamentos para los que los necesitaban, y aunque no tuvieran con qué pagarlos, ella siempre decía:

Farmacia doña Juana

«Tómalo y cuando te pongas bien me pagarás, y si no, pagará Dios».

Como recordaba el colono Vito Sansonetti en su libro «Quemé mis naves en estas montañas»… Doña Juana fue como un ángel benefactor para toda la zona: cientos, si no miles, de los actuales habitantes de la zona nacieron gracias a su generosa intervención.

«Muchas veces, cuando aquel pueblo recién nacido estaba completamente aislado y sin médico, ella asistía y curaba, haciendo todo lo que estaba en sus manos para mejorar el estado de muchos pacientes: ¡incluso llegó a ser dentista! Nunca le preocupó la nacionalidad de los pacientes ni su raza. En varias ocasiones, en la selva virgen y lejos de su hogar, ayudó a mujeres indígenas a dar a luz y, en caso de complicaciones, metía al recién nacido en su alforja y a la madre detrás de ella en el caballo, los llevaba consigo y cuidaba de ellos todo el tiempo que fuera necesario y sin pedir nada a cambio. Más de una vez sacó a uno de sus hijos de su propia cama para hacer sitio a una pobre mujer que estaba a punto de dar a luz».

Italodescecndientes

Asimismo, el autor del libro ‘Con Hacha y Machete’, que narra los inicios del barrio Pittier, el quinto del cantón de Coto Brus, reconoce la labor amorosa y desinteresada que doña Juana brindó a todos los necesitados.

Con hacha y machete
Libro que cita

Su trato amable, abierto, servicial y generoso con la gente, su capacidad para afrontar las emergencias con la practicidad del sentido común, le ganaron la confianza de todos.

J.Pirola

Como la vez que puso un catre provisional en el escaparate de una tienda para que durmiera una persona a la que había que sondar durante la noche, o cuando recibió a un bebé prematuro de 6 meses y, sin incubadora, lo envolvió en algodón y puso bolsas de agua caliente en la caja de herramientas para poder trasladarlo en avión a San José, la capital.

Autodidacta, con mucha experiencia adquirida en Italia en el hospital de Bérgamo como aspirante a enfermera voluntaria. Sólo el compromiso adquirido con la llegada de otros hijos cuando su marido regresó de la guerra le impidió obtener un título.

Colaboró con los médicos de Italia y San Vito siempre que se lo pidieron, poniendo en práctica las lecciones aprendidas con curiosa avidez.

 

Periodico J.Pirola

Trataba a todos por igual, sin distinción de raza, credo o nacionalidad.

«Todo el mundo tiene derecho a estar bien, o al menos a estar mejor, y yo ayudo a todo el mundo».

Desde las mujeres embarazadas, pasando por los numerosos partos asistidos, las heridas suturadas, los dientes adoloridos extraídos, hasta los enfermos de fiebre amarilla o paludismo que venían de la región bananera, para cada uno de ellos encontraba un remedio. El remedio de la medicina y el remedio del corazón, transmitido con una sonrisa y el gesto afectuoso de una mano FUERTE hacia el adulto y DULCE en la caricia del recién nacido.

MUERE JUANA PIROLA

Juana Pirola dejó este mundo el 4 de agosto de 1995, en su querido San Vito… Fue un día triste en el que una gran multitud de personas acudió a presentar sus últimos respetos.

Hoy, gracias a la acción de un importante grupo de personas que fueron testigos de su dedicación, el Hospital San Vito lleva su nombre, convirtiéndose en el primer hospital de Costa Rica que lleva el nombre de una mujer.

Hosp Juana Pirola


Fuente Principal: Attilio Pirola

Elaborado por: Nicoletta R.

Traducido por: Lucia Cesare

Publicado por: Lucia Cesare

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